Vivimos en un mundo que se nos presenta como un auténtico desafío para la educación, educación entendida como herramienta para transformar la realidad. Un mundo cargado de conflictos, profundos cambios sociales, y plagado de situaciones que ponen en cuestión la dignidad de la persona y nuestra capacidad de convivir.
En este contexto, la educación para la paz viene a presentarse como una posibilidad educativa para la construcción común de otra cultura, una en la que todes podamos aportar y se rechace el conflicto, la violencia como forma de solución de los problemas, que opte por estilos dialógicos y de negociación… una posibilidad para crear una cultura de paz que nos comprometa con la dignidad de la persona, y que nos ayude a rescatar valores como la solidaridad, la empatía y la igualdad.
En palabras de Beatriz Trueba en su libro “Espacios de Armonía”; “La Paz está unida a la palabra Libertad y es el reflejo del lugar donde se desarrolla” … Os invito a mirar nuestro reflejo.
A través de esta memoria podréis consultar los aspectos más relevantes a este plan que llevamos a cabo en el centro: