Familiar o amigo, ese que está ayudando al niño. En este día tan señalado quiero que le cuentes la importancia que tiene un libro en las manos. Quiero que leas junto a él, junto a ella, sin prisa, como un mensaje en una botella. Piensa en que tiempo atrás, el científico, el ingeniero, el artista e, incluso, el bloguero, era un niño que hojeaba un libro con curiosidad. Porque esto es lo importante, nada de leer obligados porque yo se lo mande, sino crear el ambiente para que su motivación haga lo siguiente. Si tú saltas, yo salto, si tú vuelas, yo vuelo más alto, si tú lees, no lo dudes, la pasión por la lectura será una de mis virtudes. Porque no hay mayor espejo que nuestro fiel reflejo. Y si este camino lo hacemos de la mano, créeme, no habrá nada más gratificante que presenciar cada avance. Perdóname por este discurso, pero hoy, ahora es el momento de darle el impulso, de darle su primera herramienta y en el futuro, quien sabe, construir la octava maravilla del mundo. Imaginemos, soñemos, aprendamos: LEAMOS.
Has recorrido el camino entero, pero aún te queda un último reto. Retorciendo tu mente o leyendo tranquilamente, el código del reto final vas a conocer si esta pregunta eres capaz de responder: ¿Cómo de grande un lémur suele ser?